Tras las Guerras del Peloponeso tanto Esparta como Atenas quedaron muy debilitadas, tanto en lo económico como en el aspecto demográfico. En este momento apareció en escena un reino que los griegos consideraban bárbaro, aunque hablaban una lengua similar al griego: Macedonia. Cuando Filipo II atacó Grecia la conquistó sin encontrar mucha resistencia.
Su hijo, Alejandro Magno, educado por Aristóteles, el mejor filósofo del momento le sucedió y en unos pocos años conquistó el Imperio Persa, llegando hasta el rio Indo. A su muerte,su reino fué dividido entre sus generales.
